Una Institución Educativa es un sistema organizado de estructuras que está fuertemente arraigado de valores, sentimientos y actitudes con una finalidad conocida por todos: la gestión del proceso enseñanza aprendizaje. Pero, en sí misma es un sistema basado en el intercambio de información entre los emisores y receptores. Donde los papeles tanto del emisor como del receptor se ven intercambiados permanentemente.
Pero, desde el punto de vista ostensivo (Barba Vicente, 20015-2016), ¿es posible indicar que las instituciones educativas son edificios? Claro que no, la realidad en que vivimos nos demuestra que la educación no se limita a estructuras físicas ni aspectos geográficos. Es más bien, un ente de acervo cultural que está acompañado de las palabras claves: “INTERCAMBIO”, “APRENDIZAJE”, “ENSEÑANZA”, “PRINCIPIOS”, “CONOCIMIENTOS”, “VALORES” y “COMPROMISO”. El término ostensivo limita el vocablo “institución educativa” a la expresión “centro educativo”.
En conclusión, todo modelo, centro o institución educativa: dependerá del paradigma impuesto por las personas que interfieren en ella; se enriquecerá de las variedades del entorno; será capaz de gestionar personas hacia el desarrollo de sus habilidades cognoscitivas; no se limitará a espacios físicos; y por encima de todo, transmitirá conocimiento a cada uno de los entes que componen el proceso de enseñanza y aprendizaje.
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